
Las cosas han cambiado considerablemente respecto a la transexualidad desde que en 1978 se aprobó la Constitución. Un repaso a las noticias deja ver que la actitud de la sociedad vasca hacia la homosexualidad y la transexualidad ha mejorado considerablemente en las últimas décadas: la sociedad es más tolerante e integradora y, según los últimos estudios, es una de las más abiertas y comprensivas. A pesar de todo, desde las asociaciones de personas transexuales opinan que aún quedan bastantes problemas por resolver en lo que respecta a los derechos del colectivo.
Para conocer de cerca la realidad de los derechos del colectivo de personas transexuales en Euskadi nos hemos reunido con Sarai Montes y Ares Piñeiro, que son miembros de Errespetuz -asociación para la defensa e integración de las personas transexuales- y Bea Sever -representante de Naizen, asociación de familias de menores transexuales-. Las dos asociaciones comparten el local de reuniones, pero el recorrido de cada una es muy diferente: Errespetuz se creó en 2007 y es la única asociación del País Vasco compuesta únicamente por personas transexuales, algo de lo que se sienten orgullosos y orgullosas, ya que en España solo existen cinco asociaciones de este tipo: en Madrid, Barcelona, Sevilla, Canarias y, por supuesto, Euskadi. Por otro lado, Naizen se creó en 2015 y, aunque sea la única asociación de este tipo en Euskadi, la realidad a nivel estatal es muy diferente, ya que el número de este tipo de colectivos ha aumentado considerablemente en los últimos años y ya existen unas cuantas decenas de ellos, algo que desde Errespetuz valoran muy positivamente, porque “las familias de menores transexuales han sido un soplo de aire fresco”.